viernes, 22 de abril de 2011

Desidia...

Fueron mentiras de niño las que me contabas al pie de la puerta cada día, y yo, bajo la ignorancia de mi corazón las transformaba en sentimientos insondables de extrema pureza. Es cierto que me obligaba a creerlas y que mi ceguera mantenía el sentir de mi cuerpo, pero finalmente cual es el sentido de darlo todo si al final del día ese beso que me entregas tiene sabor a desidia, y esta se cuela a mi alma, atándola mas y mas a la quimera que cree en mi cabeza de ti, dejando de lado la patética y triste realidad que conlleva el saber como eres de verdad.
Es extraño querer creer en algo que no es, lamentable mente algunas personas simplemente deciden hacer caso omiso de la verdad irrefutable que hay a su alrededor para acomodarse en su placebo personal que como una fotografía pareciese representar una felicidad eterna, que con el paso del tiempo se desgasta por los bordes...

Niños...

El la observaba delicada mente sobre la mesa, pensaba que sus hermosos ojos eran lagunas de eterno asombro. Ella solo reflejaba su rostro en el vidrio de su mesa, para el placer de aquel ya rendido niño. El no entendía como tan tímida niña podía atormentar su pequeña cabeza, como tan bella mujer estaba frente a el, no cabía dentro de su razón como su pelo caía suavemente sobre sus hombros, mesiendolo lentamente, mientras sus dedos dejan ver una interesante sonrisa que tranquiliza el corazón de el.
Como entender el sentimiento que aloja por primera vez dentro de si, como poder comprender su intensidad, su pasión y su nueva fasinacion. Nadie le explico, nadie le contó que eso que nace dentro de el, es lo que ella busca en una persona, es lo que a su debido tiempo mantiene el fuego que lo impulso a ver por vez primera sus ojos tiernos, es lo que algún día se convertirá en amor...